Una de las primeras señales de robo de identidad mediante el robo de correo es una disminución repentina en la cantidad de correo que recibes, especialmente estados de cuenta, facturas u ofertas de tarjetas de crédito. Si notas que ya no recibes el correo habitual, alguien podría haber enviado una solicitud de cambio de dirección fraudulenta o estar interceptando tu correspondencia para ocultar el robo.
Otras señales de advertencia incluyen recibir tarjetas de crédito que no solicitaste, avisos de cobros inesperados o cuentas desconocidas en tu historial crediticio. También podrías recibir llamadas o correos sobre compras, préstamos o solicitudes de alquiler que tú no realizaste. Si un ladrón usa tu correo para cometer un robo de identidad, el daño puede ser amplio, afectando tus finanzas, tu puntaje crediticio e incluso tu situación legal.
Para confirmar si el robo de correo es la causa del robo de identidad, solicita tus reportes de crédito de las tres principales agencias (Experian, Equifax y TransUnion). Busca cuentas que no reconozcas o consultas que nunca autorizaste. También puedes contactar al USPS para verificar si se envió una solicitud de cambio de dirección a tu nombre.
Si detectas alguna actividad sospechosa, repórtala de inmediato. También debes presentar un informe de robo de identidad ante la Comisión Federal de Comercio (FTC) en IdentityTheft.gov y considerar trabajar con un abogado especializado en protección al consumidor para ayudarte a disputar cuentas fraudulentas y recuperar tu identidad.