Si crees que han robado tu correo y han comprometido tu identidad, actúa rápido. Primero, reporta el robo de correo al Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos (USPIS). Esto ayuda a iniciar una investigación federal y puede prevenir más accesos no autorizados a tu correspondencia. También debes notificar a la policía local para documentar el robo, lo cual puede respaldar tu caso más adelante.
Luego, solicita tus reportes de crédito a Experian, Equifax y TransUnion, y revísalos cuidadosamente en busca de cuentas o actividades no autorizadas. Si encuentras algo sospechoso, coloca una alerta de fraude en tu archivo para advertir a los acreedores que podrías ser víctima de robo de identidad. Una alerta de fraude dificulta que los ladrones de identidad abran cuentas a tu nombre. También puedes considerar un congelamiento de crédito para mayor protección.
Presenta un informe de robo de identidad ante la Comisión Federal de Comercio (FTC) en IdentityTheft.gov. Esto te permitirá crear un plan de recuperación personalizado y te dará un documento oficial que puede usarse al disputar cuentas o cargos fraudulentos. Si ya se han abierto cuentas fraudulentas, contacta a esos acreedores de inmediato y proporciónales tu informe de la FTC y el reporte policial para disputar los cargos.
Finalmente, monitorea tu crédito y correo cuidadosamente de ahora en adelante. Considera cambiarte a facturación electrónica y usa un buzón con cerradura para reducir el riesgo de futuros robos. Si el robo de identidad se vuelve complicado o un acreedor se niega a eliminar cuentas fraudulentas, podría ser útil buscar representación legal con un abogado de protección al consumidor.