Si sospechas que tu correo fue robado, lo primero es reportarlo. Presenta una denuncia ante el Servicio de Inspección Postal de EE. UU. (USPIS), que investiga crímenes relacionados con el correo. También informa a tu oficina de correos local para solicitar una retención temporal o métodos de entrega seguros.
Después, vigila tus cuentas bancarias y tus reportes de crédito en busca de actividad sospechosa. Si el robo incluyó información sensible como estados financieros o correspondencia del Seguro Social, considera colocar una alerta de fraude o congelar tu crédito con las agencias.
Finalmente, notifica a tus acreedores o agencias gubernamentales si documentos específicos fueron robados. Por ejemplo, si tomaron correspondencia de Medicare o del IRS, comunícate directamente con esas agencias. Prevenir daños adicionales fortalece tu defensa si más adelante necesitas disputar deudas falsas.




