El robo de correo es una puerta de entrada al robo de identidad porque el correo físico a menudo contiene información personal y sensible. Documentos como estados de cuenta bancarios, ofertas preaprobadas de tarjetas de crédito, historiales médicos y documentos fiscales pueden ser utilizados por los ladrones de identidad para abrir nuevas cuentas a tu nombre, tomar el control de cuentas existentes o solicitar beneficios gubernamentales de manera fraudulenta. Incluso el correo basura puede contener suficiente información para comenzar a reconstruir tu identidad.
Una vez que un ladrón obtiene acceso a tu nombre, dirección y posiblemente tu número de Seguro Social o detalles de tus cuentas, puede empezar a hacerse pasar por ti. Algunos usan formularios de cambio de dirección para redirigir tu correo y ocultar su actividad fraudulenta. Otros pueden solicitar tarjetas de crédito o préstamos usando tu información, lo cual puede dañar tu historial crediticio antes de que te des cuenta de lo que está ocurriendo.
Prevenir el robo de identidad por robo de correo comienza protegiendo tu buzón. Usa un buzón con cerradura, recoge tu correo diariamente y considera optar por estados de cuenta electrónicos. Además, si sospechas que tu correo ha sido robado, repórtalo al Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos (USPIS) y monitorea tus reportes de crédito y cuentas financieras en busca de actividad sospechosa.
Para protegerte por completo, considera colocar una alerta de fraude o un congelamiento de seguridad en tu crédito. Estos pasos ayudan a limitar la capacidad de los ladrones de identidad para usar tu información robada, especialmente si la obtuvieron a través del robo de correo. Mantenerte proactivo y vigilante es crucial en casos donde el robo de correo está relacionado con el robo de identidad.