Si crees que tu número fue secuestrado, cada minuto cuenta. Llama inmediatamente a tu compañía para recuperar el control de tu línea y pide que refuercen la seguridad de tu cuenta.
Luego, revisa tus cuentas bancarias, correos y billeteras digitales. Cambia contraseñas y activa métodos de autenticación más seguros que no dependan de mensajes de texto. Avisa a tu banco y emisores de tarjetas para que monitoreen movimientos sospechosos.
Por último, presenta denuncias formales. Puedes reportarlo a la policía local, al FBI a través del IC3, y a la FCC. Estos reportes son importantes si después necesitas disputar deudas o recuperar fondos. Contar con un abogado especializado en fraudes digitales también puede ayudarte a recuperar daños.




